Estamos
acostumbrados a movernos en el plano de la generalidad, a
clasificar la realidad en ideas generales como si se pudiera hacer un esquema
de todo lo existente cuando en realidad, cada persona es 煤nica, diferente e
irrepetible, por tanto, siempre existen excepciones a la norma general que
muestran que los estereotipos son injustos porque cuando se toman al pie de la
letra consiguen distorsionar la percepci贸n objetiva.
Sin embargo,
estamos tan acostumbrados a clasificarlo todo
en etiquetas generales que surgen estereotipos que sirven como modelos que
ejemplifican casos concretos. Los estereotipos son generales y con frecuencia,
tambi茅n, distorsionan la realidad porque no reflejan la riqueza real de cada
caso particular.
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